La matemática posee no sólo verdad, sino también belleza suprema; una
belleza fría y austera, como aquella de la escultura, sin apelación a
ninguna parte de nuestra naturaleza débil, sin los adornos magníficos de
la pintura o la música, pero sublime y pura, y capaz de una perfección
severa como sólo las mejores artes pueden presentar (Bertrand Russell)
No hay comentarios:
Publicar un comentario